La mejor parte de el evangelio es locura a los que se pierden
«Ahora comprendo con toda la verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la Imparcialidad, sea de la nación que sea».No hay resquicio para echar carencia en cara, ni para la amargura, ni para una posible pérdida de confianza. Todo lo contrario: es un perdón que no solo cura la herida y limpia la man